APARICIONES EN MEDIOS | Diario de Navarra; 04.05.2016
Hace ya más de un año que venimos escuchando la problemática de los minerales en conflicto. No se trata de una cuestión menor ya que abarca, por un lado, los derechos humanos y laborales de terceros estados y, por otro, la imposición a nuestras empresas de unos controles sobre las importaciones provenientes de zonas de conflicto.
Los minerales entre los que se incluyen el estaño, el tantalio, el wolframio y el oro son denominados en conflicto, ya que en ocasiones los beneficios que se obtienen de su venta se utilizan para financiar grupos armados.
En el mundo existen varias zonas consideradas de conflicto. En general, se trata de áreas inmersas en conflictos armados con gobiernos precarios o inexistentes; de lugares sumidos en el caos y la violencia en los que las violaciones de los derechos humanos están a la orden del día.
Tanto la OCDE como la Unión Europea están involucradas en la regulación y el control de los minerales en conflicto, pero no es una cuestión fácil de resolver. La Comisión Europea hizo una propuesta basada en la Guía de Debida Diligencia de la OECD, en la que se reclamaba, sin carácter vinculante y solamente a las empresas que exportan estos minerales, que ejerzan un mayor control sobre su cadena de suministro y hagan pública su actividad en estas zonas de conflicto. Pero dicha propuesta nos pareció insuficiente.
El Parlamento Europeo, en mayo del año pasado, rechazó la propuesta hecha por la Comisión Europea. Con una serie de enmiendas que introdujimos al texto presentado por la Comisión, revocamos la propuesta y solicitamos el cumplimiento obligatorio para todos los importadores de la Unión Europea que se abastecen en zonas de conflicto, así como a las empresas que incorporan los minerales a sus productos acabados. Actualmente, ambas iniciativas están siendo negociadas entre el Parlamento y el Consejo por lo que, a finales de junio, está previsto que contemos con el texto correspondiente. En estos momentos, es crucial la labor de los gobiernos nacionales y de sus parlamentos. Hay que dejar claro que la propuesta del Parlamento no pretende obstaculizar la labor de las empresas europeas, sino que persigue un bien mayor: la paz.
El Parlamento de Navarra ha propuesto una declaración firmada por todos los grupos apoyando la propuesta del Parlamento Europeo. Desde hace meses, a través de la campaña sobre tecnología libre de conflicto con el lema ‘Lo que tu móvil esconde’, ALBOAN ha conseguido movilizar a todos los partidos y unirlos en una misma causa. Debemos felicitar, pues, a esta organización por el trabajo realizado y darles las gracias por acercarnos a problemas que a veces nos parecen muy lejanos pero que, en realidad, los llevamos en nuestros propios bolsillos o bolsos.
Cuando nos hacen ver que nuestro propio teléfono móvil podría estar financiando guerras, no podemos quedarnos de brazos cruzados. Es nuestra responsabilidad y obligación, como políticos, exigir a las empresas europeas un certificado de minerales libres de conflicto. Somos conscientes de que la puesta en marcha de este sistema puede ser complicada. Por ello, el Parlamento Europeo ha solicitado también ayudas económicas destinadas a las PYMES para, de este modo, acompañarlas en un nuevo sistema de certificación que asegure la producción libre de minerales de conflicto.
Está en nuestra mano, en mayor o menor medida, ayudar reducir los conflictos en el mundo. Sabemos que la imposición de certificados no va a acabar con los conflictos, pero sí estaremos contribuyendo a que reciban menor financiación para la compra de armas y así, poco a poco, haremos del mundo un lugar más pacífico y estable.